Cada vez son más las personas trabajadoras que se suman a la participación en la formación, que se desarrollan en el ámbito laboral, así como las empresas y entidades que ofrecen formación accesible, rápida y flexible para afrontar la transformación del sistema productivo que, en este año, ha cobrado mayor protagonismo por la situación del estado de alarma derivado de la pandemia. La crisis sanitaria originada por el coronavirus ha sacudido la vida de empresas, consumidores, empleados e instituciones y, en el ámbito de la formación, el impacto ha sido especialmente significativo.
Por ello, podemos decir que el Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, de medidas urgentes extraordinarias para hacer frente al impacto económico y social de la COVID-19, ha supuesto un antes y un después en lo que concierne al trabajo y la formación en el ámbito laboral. Ha sido una hoja de ruta para la toma de decisiones, de las medidas a adoptar para la flexibilización de la formación, las nuevas formas de trabajo y el origen de un gran esfuerzo colectivo por parte de las empresas y de las personas trabajadoras para adaptarse a soluciones complejas.
La situación descrita ha estado presidida por grandes retos para Fundae con la finalidad de adaptar sus procedimientos y aplicaciones para la gestión técnica, tanto de la formación de oferta subvencionada como de la formación programada por las empresas para sus empleados o bonificada.